Cantos, músicas, bailes y ceremonias marcan, desde siempre, la vida cotidiana de la bahía. En el siglo XVI, el Papa atendió la petición de la parroquia luziana de trasladar la festividad del Corpus Christi para que los marineros pudieran asistir antes de su partida a Terranova. Desde hace cinco siglos, esta tradición única en Francia se celebra después de Navidad en el domingo de la Epifanía en forma de una procesión de niños que representan la adoración de los reyes magos. El año está marcado por encuentros esperados con las Fiestas Patronales de San Juan o Bixintxo. Estos eventos testimonio de la vitalidad de un patrimonio inmaterial indisolublemente ligado a la entidad portuaria de Saint-Jean-de- Luz y Ciboure.
