En la década de 1960, con la reactivación de la economía gracias a las campañas de pesca del atún en aguas senegalesas y de la sardina frente a las costas de Mauritania, el puerto alberga más de cien barcos, mil doscientos marinos y una quincena de conservas. Ante la falta de infraestructura de almacenamiento, el Sindicato de Pescadores y Conserveras solicita a la Cámara de Comercio la creación de un almacén frigorífico capaz de conservar 1200 toneladas de pescado. En 1964, Pierre Prunet, arquitecto jefe de los monumentos históricos, propone un edificio que rompía con la arquitectura local. Moderno y funcional, el edificio refleja las exigencias del programa con la presencia con un techo inclinado que sirve para albergar un montacargas, que da acceso a seis cámaras de congelación. En 1979, el edificio fue reformado para albergar la lonja de San Juan de Luz y Ciboure.