En el siglo XIX, el desplazamiento del puente de arriba crea una nueva plaza pública. Frente al nuevo ayuntamiento, se realizó un "juego de palma" en 1826 gracias a una suscripción de los habitantes. Este frontón acoge las partidas de pelota vasca, procedentes de los juegos medievales de larga palma. Desde esta época, la plaza o cancha resuena con el sonido típico de la práctica de la mano desnuda y la pala. Lugar de ocio y reunión, el frontón es un componente esencial del paisaje vasco.